Lewis Carroll ( Reino Unido) - Carrera en comité



—La mejor manera de secarnos sería una carrera en comité.
—¿Qué es eso de una carrera en comité —preguntó Alicia, no porque tuviera muchas ganas de saberlo, sino porque el Dodo había hecho una pausa, como dando a entender que esperaba que alguien dijera algo y nadie parecía que fuera a hacerlo.
—La mejor manera de explicarlo, será haciéndolo.
Lo primero que hizo fue trazar una pista, más o menos en círculo (“La forma exacta no importa demasiado”, dijo), y luego todo el grupo se fue situando por aquí y por allá. Nadie dio la salida, sino que cada uno empezó a correr cuando quiso, de forma que resultaba algo difícil saber cuándo iba a terminar aquello. Sin embargo, después de haber estado corriendo como media hora, y estando todos ya bien secos, el Dodo exclamó súbitamente:
—¡Se acabó la carrera!
Todos se agruparon en su derredor, jadeando y preguntando a porfía:
—Pero, ¿quién ha ganado?
No parecía que el Dodo pudiera contestar sin entretenerse antes en muchas cavilaciones; estuvo durante mucho tiempo con un dedo puesto sobre la frente, mientras el resto aguardaba en silencio. Al fin, sentenció:
—¡Todos hemos ganado!



Acerca del autor

Carles Lutwidge Dodgson era el nombre verdadero del autor de las “Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas” (Alice’s Adventures in Wonderland), y de “A través del Espejo” (Through the Looking Glass). Nacido en Daresbury, Inglaterra, era el mayor de 11 hijos: cuatro varones y siete niñas. A los 18 años, ingresó en la Universidad de Oxford, en la que permaneció durante cerca de 50 años, y en la que obtuvo el grado de bachiller y se recibió de preceptor. Fue ordenado diácono de la Iglesia Anglicana y enseñó matemáticas a tres generaciones de jóvenes estudiantes de Oxford, y lo que es más importante, escribió dos de las más entrañables narraciones que se han producido en el campo de la literatura.


Valoración Literaria

Desde que el primer hombre nombro a la primera cosa, aquella cosa existió. Luego, en algún punto indeterminado en el tiempo, dos hombres nombraron a la misma cosa de la misma manera y entonces, un tercer hombre quedó triste al sentir impotencia; él también le había puesto un nombre, pero era otro. Carroll es descendiente de aquella raza magnifica que nunca se conformó con la voz que heredó. Ayer, luego de atravesar la avenida 6 de diciembre miré el último árbol de tocte que existe en el centro de Quito. De niño, cuando vivía a las afueras de la ciudad, teníamos un tocte en la casa, pero yo lo llamaba "camelote". Una tarde después leí a Lewis y me puse feliz, pues no estaba solo. Hoy, sobre el quinto piso de un edificio lleno de abogados, acabo de releer este cuentito donde todos ganamos, incluso los que no nos ajustamos al "nombre". 

El Carnero.




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